Entrevista a Elvira Mínguez, actriz

EL PERSONAJE DE «DESAPARECIDOS» HA SIDO UNO DE LOS DE MAYOR RIESGO QUE ME HA TOCADO INTERPRETAR.

Actriz, luchadora, inquieta, pelea por lo que sueña, amante de los puzzles y la pintura, en constante evolución ,… está es nuestra definición de la gran Elvira Minguez. Vallisoletana de nacimiento, es una mujer con una extensa experiencia como actriz, que comenzó su trayectoria a finales de los años ochenta. Sus ganas de seguir creciendo la llevaron al cine, donde descubrió el gusanillo de este tipo de creación audiovisual. Durante todos estos años, no ha parado, realizando multitud de papeles en películas y series. Repasamos con ella, brevemente, su trayectoria y proyectos.

¿Quién es Elvira Minguez?

Soy una mujer de 55 años, que se dedica a la interpretación, aunque tiene muchos otros intereses. Me has hecho una pregunta que me resulta un poco complicada. Creo que te lo resumiría en que soy una mujer de 55 años (ríe).

Comenzaste tu trayectoria en el teatro participando en obras como Romeo y Julieta (1989). ¿Cuándo supiste que lo tuyo era ser actriz?

Hace ya muchos años. Yo había estado dando coletazos. Había intentado estudiar Bellas Artes, no me cogieron; me fui a hacer Biológicas a Salamanca, nunca fui a la facultad; intenté Estudios de Mercado y tampoco, así que desistí. Casualmente, era uno de esos años en los que ponían Fama, la serie, me enteré que había una escuela en Valladolid, fui a hacer las pruebas y me cogieron. Y allí, empezó todo. La verdad que en mi caso nunca he tenido nada claro y sigo sin tenerlo (ríe). Creo que forma parte de mi manera de ser. Sí que es cierto que no soy una actriz vocacional. Yo nunca he dicho: me quiero dedicar a esto. Nunca lo pensé, fue algo totalmente circunstancial, que pasó por delante, me subí a ese tren y ahí sigo. Lo siento mucho más como un oficio y si un día se acaba, me bajaré del tren y ya está. No lo he vivido nunca de otra forma.

Inquieta creo que es la palabra que mejor te define, ya que empezaste en 1989 y en 1993 empiezas a dirigirte sobre las tablas en la adaptación de Crímenes del corazón.

Bueno, eso no es del todo correcto. La información es errónea. Esa obra comenzó y yo nunca formé parte del reparto como actriz. Pasados unos meses, me ofrecen la posibilidad de dirigirla, pero no formando parte del elenco. Hubiera sido imposible ser parte y poder dirigir. Aunque bueno con el paso de los años te vas dando cuenta que las cosas no son tan imposibles. Pero en este caso, es un dato que existe por ahí y que está difundido, pero que no es correcto.

En 1994, das el salto al cine y te llega la primera nominación con un Goya por tu interpretación en la película “Días Contados”.

Para mí “Días Contados”, además de ser la primera película que yo hice, fue el momento en el que me di cuenta qué era lo que quería hacer y que me interesaba muchísimo más el cine que el teatro. Me di cuenta que me gustaba muchísimo más el tema audiovisual. A veces es difícil porque lo que uno quiere, no es lo que uno al final resulta que puede hacer. Yo me considero una afortunada porque al final he seguido trabajando de esto con mayores o menores altibajos, pero esta película además de ser mi primera nominación al Goya, supuso saber por dónde quería continuar. A mí me gustan mucho los puzzles, la manera de construir una película tiene mucho de ello. En el teatro, la historia empieza y termina, mientras que en el cine se empieza por un lado, se continúa por otro y luego vuelves atrás. En “Días Contados” descubrí esa magia del cine. Cuando tuve que grabar una escena en un coche, me senté en ese coche y no había absolutamente nada, lo único que estaba era el chasis, ni cristales, ni marchas, ni radio, ni nada, había que crearlo todo. Ahí me enamoré.

En 2002, das el salto al cine internacional con «Pasos de baile» y «El Misterio de Wells». ¿Cómo fue ese salto? ¿En qué notabas la diferencia?

Sí. Es la primera vez que hice algo fuera. En el caso, de “Pasos de Baile” era una producción española con algo de producción portuguesa, por lo que no había una gran diferencia, ya que al final, era una película española. En el caso de “El Misterio de Wells” sí, a pesar de que también tenía una coproducción española. Pero ahí sí que fue muchísimo más notorio el cambio, sobretodo por la arquitectura de la producción. La forma de trabajar es distinta, que no es ni mejor ni peor, pero en este caso concreto había cosas que me asombraban: unos decorados espectaculares, había incluso hasta un casting de perros para la película. Tal vez, con la película del «Che», sí que se notaba más la diferencia, ya tan solo por las dimensiones. Los americanos lo hacen todo a lo grande y ahí se notaba más en cuanto al volumen del equipo, pero bueno, creo que también somos de caracteres distintos y eso se refleja a la hora de trabajar.

Recientemente se estrenó la serie “Desaparecidos” en Prime Video donde tu papel de Carmen Fuentes ha conmovido a la audiencia, ya que era un papel muy complicado, que bajo mi humilde opinión has sabido transmitir a la perfección. Aunque ya interpretaste un papel muy similar en la serie de “Presunto Culpable” ¿Cómo ha sido para ti la experiencia de interpretar este papel?

Muchas veces tengo la sensación de que hago siempre lo mismo. Me resulta muy complicado porque parece que hay un patrón de personaje femenino en el que me he “especializado”. Supongo que tiene mucho que ver el físico, entre otras muchas cosas, aunque sí que es cierto que la gente que me conoce sabe que yo tiendo a otro tipo de rol, porque realmente soy de otra manera. Hay veces que resulta complicado encontrar ese dibujo de matices que los diferencie. Estoy totalmente de acuerdo contigo con la afirmación de “Presunto Culpable” que aunque son mujeres diferentes, son mujeres fuertes, son peleonas, luchadoras, tercas, pero tienen esos matices distintos que a la hora de trabajar las diferencian. En el papel de Carmen en «Desaparecidos», yo no pensaba para nada en el de “Presunto Culpable”. El personaje de Carmen tienen una connotación muy especial, ya que está basado en hechos reales. Cuando nosotros tuvimos el acercamiento y nos reunimos con el Presidente de la Asociación SOS Desaparecidos, lo que me encontré ahí es la situación de interpretar a una mujer que tiene una situación que es imposible de comprender. Existía mucho interés en que entendiéramos qué era lo que teníamos que representar y desde el primer momento supe que no iba a poder llegar a hacer nada. Era imposible que yo fuera capaz de elaborar cómo él se sentía. Es materialmente imposible. Fue un trabajo de prestar mucha atención con la única intención de que se pudiera ver un poquito de toco lo que sufren estas personas, pero es imposible. No podemos representar un sufrimiento semejante. Es difícil de explicar, pero lo que intenté fue prestar mucha más atención a la narrativa, al proceso del personaje para que el espectador entendiera lo que quisiera cuando el personaje llegase a la linea de meta. Así que intenté hacerlo lo mejor que pude, siendo lo más honesta posible y sabiendo cuales eran mis limitaciones. Todo ello, siendo consciente de que solo era una actriz, no soy ese personaje, yo no voy a encarnar a esa mujer, voy a dar voz a ese proceso porque es imposible de lograr. Todo lo que esas personas sufren durante años… es imposible. No se puede desde la humildad más extrema… Simplemente lo que buscaba era que el espectador pudiera empatizar en un punto. Ha sido de los personajes para mí más comprometidos y con los de mayor riesgo que me ha tocado interpretar.

Es un tema bastante comprometido y que emociona con tan solo tener un poco de empatía y pensar en ello.

Es cierto. A mí me pasa igual. Yo me emociono cada vez que hablo de ello. Mira simplemente hay un dato que lo refleja. Tenemos palabras para definir estados: soltero, viudo, casado… Las personas que pierden un hijo, no existe palabra en ningún idioma que defina esa situación. Es por eso, no se puede decir, no se puede explicar.

Es una situación compleja que nadie querría vivir, pero que desde tu papel de Carmen has sabido transmitir.

Continuando con tu papel en series. Recientemente has formado parte de ‘Veneno’. Ha tenido varios retrasos debido a la situación actual que vivimos por la covid, ¿Cómo ha sido rodar con Los Javis?

El personaje que he tenido es cortito. Con ellos he coincidido solo un día, por lo tanto la experiencia que he tenido no ha sido mucha, pero lo que sí te puedo decir es que poco tiempo que he estado con ellos, es cierto lo que se dice. Es cierto que se trabaja super cómodo, son muy respetuosos, todo a favor. No hay nada que puedas percibir que algo va mal. En mi caso, yo soy muy insegura y tengo un sentido del ridículo muy grande y el tener un director que de manera consciente o inconsciente te está cuestionando, al final hace que se pase mal. Pues con ellos es todo lo contrario, todo a favor, todo cariño. Es fundamental. A estas alturas yo lo único que quiero es trabajar con un director que te aprecie, que valore lo que estás haciendo, que te cuiden y que sea reciproco, obviamente. En este caso, Los Javis son para llevártelos a casa, una gozada. Todo lo que había oido es cierto. Tienen un talento enorme, una valentía… Yo firmaba ahora mismo para volver a trabajar con ellos.

 ¿Cómo ha sido rodar con esta nueva situación? ¿Qué medidas se toman?

Pues para mí ha sido muy fácil, mucho más fácil de lo que yo podía pensar. He estado en tres trabajos diferentes y en ninguno ha habido ningún caso. Sí que hay mucho cuidado y se hacen pruebas para cada rodaje: PCR, analítica, … A la hora de la verdad, nosotros tenemos cierto margen porque tenemos que trabajar sin mascarilla. Los auténticos héroes son el equipo técnico que se pasa catorce horas con la mascarilla puesta. Así que en este sentido, los que verdaderamente están haciendo un esfuerzo son ellos. 

¿De qué forma notas el impacto o la repercusión del Covid en el sector?

Yo la sensación que tengo es que, por ejemplo, muchas de las series que estaban en marcha se está planteando hacer segunda y tercera parte. Creo que en este sentido, bajo mi punto de vista, las plataformas están asumiendo el 80% de todo el volumen de trabajo. Debido a esta situación, que creo que ha servido para que muchos puedan valorar la importancia de este trabajo, las plataformas se han quedado sin bodega. Por lo tanto, lo que tienen que hacer es renovar series o crear otras nuevas. El cine creo que es el que está pasando por su peor momento. Esta pandemia nos ha traído un cambio de paradigma y al final todo se va a ver afectado. De repente, cuando íbamos a salir del confinamiento, empezó a haber mucho trabajo, todo se empezaba a mover. Pero la situación ha vuelto a ser de cautela, ya que no sabemos qué es lo que va a pasar en otoño. Creo que vamos a estar sometidos a esas mareas. De repente hay mucho acelerón, pero ahora está un poco refrenada.

Recientemente se ha estrenado «Ofrenda a la Tormenta» la tercera y última parte de trilogía Baztán en Netflix. ¿qué ha supuesto para ti formar parte de la adaptación de esta conocida obra literaria? 

En la primera parte, me lo pasé muy bien. Era un personaje que me apetecía mucho trabajar. Estar trabajando “desde el odio” era un papel muy interesante. Además era un personaje que se trabajaba con la trilogía completa, que es más fácil de trabajar, ya que conoces todo su desarrollo. Aunque en este caso, Flora es un personaje que se mantiene continuamente, no evoluciona como el resto. Esta todo el arco narrativo montado desde el primer momento. Ella sabe todo lo que ha ocurrido en el pasado, entonces me resultó muy interesante trabajar con todo ello desde la mala leche y el odio. Además la premisa con la que tuve que trabajar fue clara desde el primer momento: Las mujeres del Baztán hacen lo que tienen que hacer. Esa era la premisa para mí. Fue muy divertido, me lo pase muy bien. Luego la segunda y la tercera parte como tenía bastante menos, me lo pasé bien, pero quería más (ríe).

Artista polifacética, actriz de teatro, cine y televisión y has dirigido en teatro, entre otras muchas cosas ¿en qué papel te sientes más cómoda?

El cine es lo que más me gusta, pero sí que es verdad que según pasan los años me van apeteciendo otras cosas. Me gusta mucho la escritura y el análisis de guion. Esta es una parte que me gusta mucho, me divierte y me lo paso muy bien. Junto con la productora de “El Laberinto del Fauno”, Berta Navarro, empezamos a hacer hace años talleres en Mexico de actor-director-personaje. Trabajamos durante una semana o 10 días los guiones desde todas las perspectivas. Actualmente, me están empezando a tentar bastante con la dirección, ya ha habido un par de cosas, que están ahí y que me apetece mucho hacer. Siento que la trayectoria tiene que seguir por ahi.

¿Qué proyecto es el que mejor recuerdo te ha dejado? 

«El Misterio de Well», sin dudarlo. Fueron solamente 17 días, pero para mí supuso un antes y un después. Fueron 17 días en los que mas he aprendido de cine en toda mi vida. A raíz de ahí, hubo un cambio en la forma de encarar el trabajo.

¿Qué proyectos que puedas contar tienes a medio/corto plazo?

Con esta situación, lo que es tener ninguno. Me queda todavía una sesión de Ana Tramel y estamos a la espera de que, finalmente, ‘Desaparecidos’ cuaje y continúe, pero de momento no hay nada fijo. Así que como no puedo parar, porque necesito estar constantemente haciendo cosas, sigo con la escritura, escribiendo un guion de una película.

Y ¿de qué trata esa película?

Es una película que va de mujeres.

¿Luchando por un sueño?

Eso siempre. Hay que luchar y conseguirlo para poder ir a por el siguiente.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar